Hoy sábado Urawa Reds Diamonds ha sumado a su palmares su segunda Champions. Urawa Reds es campeón asiático tras doblegar en la final a Al Hilal. Con un juego pragmático y aprovechando los errores del campeón saudí, Urawa devuelve la Champions a Japón.
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Urawa Reds es campeón asiático con todo merecimiento
A pesar de tener un conjunto plagado de buenos jugadores, Urawa se había convertido en las últimas campañas en el típico equipo perdedor. Presente en todas las quinielas de inicio de temporada y ganador de ningún título al final del año. Sin embargo, esta vez ha sido diferente. Para empezar, Mihailo Petrovic no está en el banquillo de los Reds como ya contamos en su día. Esto, como se ha demostrado, ha sido un factor determinante. Takafumi Hori ha sido el artífice de este cambio radical. Ha convertido a Urawa en un equipo serio, trabajado y que ya no sufre en el área propia. Hasta ahora destacaba por su capacidad goleadora y por sus infantiles errores defensivos. De hecho, Urawa Reds es campeón asiático gracias a su renovada consistencia sin balón.

Dejar el balón a Al Hilal, cerrar los espacios a Omar Khribin y tapar con ayudas constantes las incorporaciones de Al Burayk y Al Shahrani han sido las armas de Urawa Reds. Al Hilal está cómodo con el balón, pero lo está más cuando puede aprovechar a sus dos laterales de largo recorrido. De hecho, ha dominado la Saudí Pro League con esa receta. También le ha dado resultado en esta edición de la Champions. Para acabar sucumbiendo a la táctica que ha empleado Urawa. Repliegue, ayudas constantes y cerrar las vías de acceso al área han sido antídotos suficientes. Hoy en día parece claro quien será el entrenador asiático del año. Con Ange Postecoglou recién dimitido y con la reconversión que ha realizado Takafumi Hori con Urawa pocos dudan al respecto. Urawa Reds es campeón asiático gracias al trabajo que ha hecho en la sombra y sin ruido un entrenador interino.
Al Hilal vuelve a fallar
En 2014 se escapó un título que tenía en el bolsillo. Bien es cierto que con dudosas decisiones arbitrales en el segundo partido de la final. Sin embargo, el hecho es que Al Hilal sigue fallando en dar el último paso en esta competición. Lejos, muy lejos, queda aquel equipo que en el año 2000 vencía a Jubilo Iwata con un hattrick de Sergio Ricardo. Sin embargo, como en 2014, la mala suerte ha sido un factor importante en la derrota.
Lesiones clave en momentos decisivos han lastrado la capacidad de Al Hilal. Primero fue el uruguayo Marcelo Britos. Las opciones atacantes disminuían con la baja del charrúa. Además cayó sin tiempo de sustituirlo por un Gelmín Rivas que ha sido la última adquisición de Al Hilal. Las desgracias no acabaron con Britos. En la ida de la final era Carlos Eduardo el que se lesionaba de gravedad al comienzo del partido. Una lesión que privaba a Al Hilal de su principal baza de creación en la zona de tres cuartos rival. El mejor aliado de Milesi en creación y de Khribin en finalización. Aunque eran dos bajas importantes, quedaba una tercera. Una acción en medio campo provocaba que Omar Khribin jugara tocado durante todo el primer tiempo. Hasta que tuvo que ser sustituido. Sin Britos, Carlos Eduardo y Milesi. Sin Shalhoub por decisión técnica. Falto de ideas y sin capacidad de finalización, Al Qahtani ya no es el que fue, la final estaba sentenciada.
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El premio del Mundial de Clubes
Urawa Reds es campeón asiático a costa de Al Hilal. Duro golpe para un fútbol saudí que necesitaba la victoria de Al Hilal para salir del mar de dudas en el que está sumido. Sin embargo, también Japón necesitaba este éxito. Gamba Osaka fue el último en ganar la Champions en 2008. Hoy, el fútbol ha sido generoso con un gran trabajo de un entrenador que ha demostrado estar más que preparado. Además de ser, de nuevo, injusto con un club que merece tener una tercera Champions en sus vitrinas.
Foto de portada: football-tribe.com
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