El sábado 26 de noviembre nos ha dejado resulta la final de la AFC Champions League 2016. La escuadra dirigida por Choi Kang-hee manejó la presión del estadio Hazza bin Zayed y se alza con su segunda Champions. Jeonbuk se une así a Seongnam y a Suwon Bluewings como los equipos del país que juntan dos torneos continentales.
La pizarra de Choi Kang-hee definió la final
Si un detalle nos deja la final de la AFC Champions League es el marcaje al hombre sobre Omar Abdulrahman. tanto en la ida como en la vuelta el jugador más mediático de todo el continente tuvo una sombra persiguiéndose por el campo.
Choi Chul-soon fue el encargado de fijar la marca sobre el medio emiratí. Y lo consiguió la mayor parte del tiempo. Omar sintió la necesidad de sentirse protagonista y a duras penas lo logró. Y cuando más importante fué era cuando abandonaba su zona de influencia. Cuando bajaba a las inmediaciones de Ahmed Barman a participar o cuando caía a banda para liberar el carril central.
Y cuando Al Ain más presionaba, cuando más insistentemente buscaba el empate, emergió la figura del otro protagonista de la final. El portero Kwon Sun-tae creció hasta convertirse en un gigante entre los palos. Cuando la táctica, el orden y el bloque que caracteriza a Jeonbuk comenzaba a resquebrajarse, la figura del portero mantuvo a su equipo en el partido.
Zlatko Dalic se queda a las puertas
Zlatko Dalic, Al Ain y todo Emiratos se queda a las puertas. Un país y un fútbol que esta viviendo sus mejores años a nivel de clubes. Pero un país en el que solo Al Ain y Al Ahli han alcanzado la final de esta AFC Champions League. Al Ain ya la ganó en 2003. Al Ahli no pudo doblegar al gigante Guangzhou Evergrande la edición pasada.
El preparador croata fue capaz de variar el guión con respecto al partido de ida. Sabedor de que Choi Kang-hee volvería a ordenar la marca individual sobre su estrella esta vez si colocó de salida un 9 que sirviera de referencia. Peleó hasta el final y buscó un gol salvador. Sin embargo ni en la ida ni en la vuelta los escuderos ofrecieron las soluciones que el equipo necesitaba. Ni Caio, ni Mohammed Abdulrahman ni, sobre todo, Dyanfres Douglas ofrecieron lo que Al Ain requería.
Al Ain quedo huérfano de delantero cuando Asamoah Gyan marchaba a la Super League china. La recuperación de Caio palió el escaso rendimiento de Douglas en la primavera pasada. Sin embargo, cuando ha llegado la hora de la verdad se han visto las carencias de las que adolece Al Ain. Un medio campo poderoso que necesita de un 9 que aporte no solo goles. Muchos se preguntan ahora en el club de la Ciudad Jardín si se debió apostar por fichar a un jugador que cumple en Al Jazira. Muchos defienden que no había que buscar en Sanfrecce Hiroshima lo que Ali Mabkhout podría ofrecer.
Dos detalles para la posteridad
Un penalti marcó la carrera de dos jugadores. Da igual lo que hicieron en el global de su vida sobre el césped. Un penalti es el recuerdo que queda de Djukic y Bebeto. Uno por fallarlo y otro por no tirarlo. Triste sería que otro penalti marcara los recuerdos de otros dos jugadores. De Douglas por mandarlo a las nubes y de Omar Abdulrahman por verlo desde fuera del área.
El segundo detalle es la expresión de Choi kang-hee. El impasible, el que nunca varía el gesto, ya tiene en su palmarés dos Champions League. Las dos con jeonbuk Hyundai. Y si, poco y en un intervalo escaso de tiempo, pero quedó demostrado que Choi Kang-hee sabe sonreir.

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